Breaking Bad es, según mi opinión y la de millones, la mejor serie del mundo. Bueno, al menos sí es una de las más importantes de los últimos tiempos y sigue dando de qué hablar, es de esas series que vuelves y vuelves a ver, te aprendes los diálogos y los revives con cada reproducción. 

Pero no solamente por el ingenio de Vince Gilligan o la intachable interpretación de Bryan Cranston, sino que, desde la fotografía hasta la música, llegó para quedarse en nuestra mente y recordarnos escenas con solo ver un encuadre o escuchar una nota.

La banda sonora de Breaking Bad va desde Rodrigo y Gabriela hasta un narco corrido, pasando por Molotov, ofreciendo una variedad de temas inolvidables que agregaron un ingrediente especial, como a cualquier receta de Los Pollos Hermanos, para convertir una escena en inmortal.

Por ejemplo, ¿quién va a olvidar ‘Who’s gonna sabe my soul?’, de Gnarls Barkley para la primera temporada? O ‘Apocalypshit’, de nuestros Molotov, en el capítulo piloto, mientras vemos a Walter manejando un camión en ropa interior por el desierto.

Las elecciones musicales fueron muy acertadas y asertivas, van justo en el momento que debieron ir, lo mismo te emocionan como te hacen querer morirte, al igual que Mr. White en algunos momentos claves de la serie.

Otro momento épico es cuando Jesse decide ir por su cuenta y preparar meta en el desierto, al ritmo de ‘Uh’, temazo de Fujiya & Miyagi. Rodrigo y Gabriela nos musicalizan el primer encuentro entre Pinkman y Walt, con sus acordes de guitarra en ‘Tamacun’ mientras Jesse huye del operativo al que Walt acompaña a su cuñado.

También forman parte del soundtrack Tv On The Radio, America, y es innegable la multiculturalidad, pues hay música de todas partes en esta serie, por ejemplo la latina Ana Tijoux, Los Zafiros, Molotov como ya mencionamos, o Los Cuates de Sinaloa, con el corrido ‘Negro y azul’.

Pero la joya de la corona es el tema final: ‘Baby blue’, de Badfinger, para despedir como se merece al gran Heisenberg… ¿o no? Muchos dicen que Walt no murió, y el propio Vince está abierto a muchas posibilidades. Gracias, Breaking Bad, por ser una serie épica.