LIVIER MURILLO

Latinoamérica vista a través de los ojos de Bowie. Para un icono de la talla de David Bowie las giras internacionales en sus más de 50 años de carrera se volvieron un elemento cotidiano, conocer lugares, culturas y público distinto fue una constante; sin embargo pisar a América Latina por primera vez lo embrujó tanto que regresaría 7 años después a maravillarse por su eclecticismo. 

Corría la década de los 90s y el mundo en el espacio previo al nuevo mileno daba muestra de cambios mayúsculos en todos los sentidos,  la música no se quedaba ajena a esta evolución. 

El músico británico visitó a América Latina en dos giras. En tour de 1990 "Sound and Vision" en el que acudió a Brasil, Argentina y Chile donde quedó maravillado por la riqueza de la región y los miles de fans que acudieron a sus conciertos.

Más tarde en 1997, para su gira del disco "Earthling" presentado en febrero de ese año regresó a esos tres países, pero también incluyó a México, donde fueron tomadas las famosas fotos del “ Rey Camaleón” visitando sitios turísticos como Teotihuacan y los murales Diego Rivera entre otros espacios icónicos.

En esta ocasión David llegó para inaugurar ante más de 40 mil asistentes el ahora consolidado Foro Sol, primer espacio en la capital mexicana para recibir a públicos masivos. En rueda de prensa previa con medios de comunicación Bowie declaró: "Tengo miedo de los estadounidenses pues siempre han visto a América Latina como  "inferior" como su  "patio trasero" y eso no debe ser así”.

Bowie, de 50 años en ese momento y "el último genio del rock", como lo definió John Lennon, mostró lo principal de una producción musical de casi tres décadas, desde el disco "Space Odity" de 1969 hasta  "Earthling" que en ese momento estaba entre lo más escuchado en su natal Reino Unido.

Genio andrógino, especial y espacial, con una producción de primer nivel el intérprete de ´Heroes´ dejo los asistentes a estos conciertos un grato recuerdo que guardan como una pieza de la historia del rock contemporáneo.