ALEJANDRA OROZCO
Recién se cumplieron 26 años de una película icónica en la cultura... pensada como un film independiente, saltó al estrellato y con ella sus protagonistas, incluyendo actores, y al director. Hablo de Pulp Fiction, referente en el cine de Quentin Tarantino, y que hoy en día sigue siendo punto y aparte en la industria cinematográfica.
Yo apenas tenía un año cuando se estrenó, y fue hasta la universidad cuando la vi por primera vez de muchas -todavía la pongo cuando no encuentro algo bueno que ver en streaming-, me pareció genial la mezcla de las historias de cada personaje, su montaje y su falta de censura.
Parte importante del film, y que me orilló a escribir sobre él, es su música, desde el inicio (Miserlou, de Dick Dale, aunque se parezca a Pump It, de Black Eyed Peas, pero obviamente no existiría una sin la otra), que resume el sentimiento que impera en todo el largometraje y que anuncia una aventura muy peculiar.
En un universo en el que Uma Thurman y Samuel L. Jackson no eran tan conocidos, así como un Quentin Tarantino que apenas había hecho Reservoir Dogs y cuyo nombre apenas alcanzaba a sonar, también sonaron bandas y músicos que apenas y tenían relevancia, pero lograron una experiencia única en el film.
¿Cómo olvidar a John Travolta bailando al ritmo de Dusty Springfield con 'Son of a preacher man' mientras Mía Wallace lo vigila? Hasta memes hay al respecto... o a la propia Mía, cantando 'Girl, you'll be a woman soon', de Urge Overkill? La experiencia es completa y cada canción encaja perfecto con cada escena.
Pulp Fiction es una de mis películas favoritas, y sin duda escuchar su banda sonora una tras otra o de forma individual, hacen que cada escena se desarrolle en la mente, así como sus frases más famosas, que ya son todo un clásico.