YESSICA HERNÁNDEZ
(Twitter: @yessicadaniels)
Cientos de biografías no autorizadas han puesto en jaque la vida y obra del cantante Freddie Mercury, pero, ¿qué tan certero puede ser, que la influencia de un amigo cercano, sea la perdición de un artista en el mundo de la música?
No es nuevo que los excesos en cualquier relación, puede llevar tu vida a borde del colapso, y tampoco que una personalidad no tan hiperactiva, este a salvo de caer en ellos. Desgraciadamente para el vocalista de Queen, sus amistades a lo largo de su vida no fueron del todo buenas influencias para aquello de los excesos.
"Cuando yo la conocí tenía 16 años. Fuimos presentados en una fiesta, por uno que se decía mi amigo. Fue el flechazo a primera vista. Ella me enloquecía. Nuestro amor llegó a un punto, que ya no conseguía vivir sin ella. Pero era un amor prohibido. Mis padres no la aceptaron. Fui reprendido en la escuela y pasamos a encontrarnos a escondidas. Pero ahí no aguanté más, quedé loco. La quería, pero no la tenía. No podía permitir que me apartaran de ella. La amaba: tuve un accidente y estrellé el coche, rompí todo dentro de la casa y casi maté a mi hermana. Estaba loco, precisaba de ella. Hoy tengo 39 años; estoy internado en un hospital, soy inútil y voy a morir abandonado por mis padres, amigos y por ella. ¿Su nombre? Cocaína. A ella le debo mi amor, mi vida, mi destrucción y mi muerte". declaró Freddie Mercury.