. Quarter Rock Press - La muerte prematura de Keith Moon
 
 
   
La muerte prematura de Keith Moon FOTOS: TOMADAS DE INTERNET

La muerte prematura de Keith Moon

Recordando la historia del considerado mejor baterista de todos los tiempos

 

SAÚL OCAMPO

(Twitter: @misterzul)

 

Hay alguien que representa al mismísimo rock and roll de manera desenfrenada, ese es alguien que vivió y dormir parte de la vieja escuela, nada menos que el alocado, Keith John Moon, un inglés que se distinguía por sorprender incluso al fanático mas ecuánime y sereno que lo viera actuando en vivo.

‘El loco Moon’, como le llamaban sus amigos y colegas, creció siendo un chico catalogado por sus maestros como distraído y retrasado, pero también hubo quien consideró que tenía dotes para la música; la primera banda en la que participó fue a los 12 años de edad y para antes llegar a The Who, fue miembro de The Beachcombers.

Para 1964 su talento y excentricidad le valieron formar parte de una de las bandas más aclamadas del mundo junto Pete Townshead y John Entwistle; la alineación completa y aunque parecía que para él fue poca cosa debido a sus arranques insanos dentro y fuera del escenario, tal vez pensemos que sus compañeros estarían hartos de tener a alguien al borde de la locura; sin embargo el participó en todos y cada uno de los discos,

Una vida plagada de excesos, desde hacer explotar los baños de los hoteles hasta pulverizarse en alcohol y drogas, dignas de una persona a la que la cordura le parecía un simple mito que jamás conoció. Sus alcances fueron tales que golpeo a la madre de su hija y atropelló a su amigo y conductor, Neil Boland, que a fin de cuentas se determinó que él no había sido el responsable, pero a partir de ese suceso jamás volvió a vivir tranquilo, conviviendo con la culpa y teniendo constantes pesadillas.

 

 

En sus últimos años Keith, subió de peso, aumentó sus dosis de anfetaminas, y a pesar de las constantes platicas con amigos como Ringo Starr, acerca de su salud, el batería considerado el segundo más grande del mundo, le restaba importancia. Su autodestrucción era parte de su esencia y no podía dejar de hacer locuras como tirarse de la ventana o aventar un auto a la piscina de un hotel.

Fue un 5 de septiembre de 1978, cuando su amigo, Paul Mcartney lo invitó a ver la película, de Budy Holly en su pre estreno para posteriormente celebrarlo con una cena. Todo iba bien, Keith y su novia, Anette Walter-Lax, volvieron a su habitación, lugar que 4 años antes vio como Cass Elliot, de The Mamas and The Papas, murió en la misma cama.  Instantes previos el baterista de The Who, pidió a la modelo que le preparara un omelette de huevos, esta se negó a lo que ‘El Loco Moon’ contestó: “Si no quieres, que te den por...”; acto seguido se preparó una sobredosis de más de 20 pastillas para evitar que tocara el alcohol y diera fin a una carrera estrepitosa, dejó a un lado su existencia maniática pero llena de talento.

A la mañana siguiente, Anette intentó despertarlo pero fue muy tarde, el cuerpo del joven de 32 años estaba inerte y había perecido en el mismo lugar donde antes un colega suyo también perdiera la vida a la misma edad, un sitio maldito para las luminarias del rock.

A pesar de haber sido un personaje totalmente chiflado, participó en diversos proyectos musicales con músicos de la talla de Jimmy Page, John Lennon y Eric Clapton, también tuvo el papel protagónico de algunas cintas, y aunque esto suene impactante y triste, un legado como el de Keith Moon logro pasar al salón de la fama y se alzó como el emblema fiel de lo que representa el rock en su más pura expresión. Live Fast, Die Young. Nadie como ‘El Loco Moon’, nadie.

 

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