GUILLERMO URDAPILLETA
CIUDAD DE MEXICO - Dos años después de la última visita de Roger Waters a Ciudad de México, donde incluso tocara en la explanada del Zócalo de manera gratuita, el músico fundador de Pink Floyd regresó a estas tierras en donde siempre es eufóricamente recibido, para continuar su gira ‘Us and Them’ que comenzara en mayo de 2017. En esta ocasión, la capital mexicana será anfitriona de tres conciertos con sede el Palacio de los Deportes, para que después Roger y compañía den sendas presentaciones tanto en Guadalajara como en Monterrey.
Se respiraba un ambiente de emoción desde el momento de entrar al recinto, la audiencia como siempre fiel tanto a Pink Floyd como a Roger Waters agotó las entradas desde meses atrás, con la expectativa de tener una memorable experiencia. Fue después de las 9:20 de la noche cuando las luces se apagaron y la algarabía se desbordó, para dar paso al majestuoso grupo de músicos que acompañan al genio de 75 años, un verdadero icono del rock.
Todo comenzó con ‘Speak to Me’ de fondo para abrir las puertas a ‘Breath’, temas del clásico de 1973 Dark Side of The Moon. El público abarrotando el lugar se mostró efusivo desde los primeros momentos, algunos cantando, otros incluso gritando a más no poder, esto es algo que Waters siempre causa en la audiencia mexicana. Continuando con los clásicos de Pink Floyd, comenzó a sonar ‘One of These Days’, tema instrumental perteneciente al álbum ‘Meddle’ cuyo bajo es también muy representativo, una pieza llena de energía.
Después de esa breve separación de álbumes, regresamos al Dark Side para amalgamar un par de temas muy aclamados y queridos por los fanáticos. Las alarmas de muchos relojes comenzaron a hacer estruendo en el Palacio de los Deportes, anunciando la llegada de ‘Time’, uno de los hits de mayor éxito en la historia de Pink Floyd e incluso delrock mundial, canción que evidentemente hizo rugir a los asistentes esta velada. ‘Time’ se ligar con ‘Breathe (reprise)’ y posteriormente, con un tema que sensibiliza hasta al más rudo: ‘The Great Gig In The Sky’. Jess Wolfe y Holly Laessig, coristas de Waters y conocidas también por su proyecto Lucius, nos dieron un performance muy conmovedor al cantar este tema.
Un pequeño salto a 1975 dio la banda para interpretar ‘Welcome to The Machine’, otro tema clásico y poderoso con esa sensación de crítica a la sociedad que tanto Roger Waters como Pink Floyd promueven. Después de escucharlo, fue momento para presenciar por primera vez en México piezas tomadas del ‘Is This The Life We Really Want?’, álbum solista de Waters lanzado en 2017, después de un largo silencio en su carrera solitaria. Las piezas que tocó fueron ‘Deja Vú’, ‘The Last Refugee’ y ‘Picture That’.
Ante la inmensa ola de aplausos del público, Roger en momentos hacía intervenciones agradeciendo al respetable su asistencia y reconociendo que México es un país al que le encanta visitar. Como de costumbre, el espectáculo no queda solo en el ambiente auditivo, sino que brinda una experiencia también visual y por supuesto sensorial, con luces y videos profundos que invitan a la reflexión, como los transmitidos en este bloque de solista.
Minutos después, uno de los varios clímax de la noche llegó con la siempre hermosa ‘Wish You Were Here’, con la que los que estaban sentados dejaron su asiento para que, al unísono, el Palacio de los Deportes coreara la letra de este himno floydiano. La comunión entre la audiencia y la banda se sentía muy estrecha, todo el mundo lucía contento y los músicos realmente sueltos y también satisfechos. “You, yes, you, stand still laddie”.
Una frase que anuncia el momento para escuchar el famoso y aclamado ‘The Wall’, álbum conceptual de que lanzara Pink Floyd en 1979, del cual escuchamos ‘The Happiest Days of Our Lives’ enlazando posteriormente a ‘Another Brick in The Wall Pt. 2’ y dando un salto en el orden original, para finalizar con ‘Another Brick in The Wall Pt. 3’. No era ninguna sorpresa ver cúmulos de celulares grabando la experiencia y observar los rostros emocionados de los reunidos en el Palacio. Una poderosa forma de cerrar la primera parte del concierto y escuchar a Waters hablar e invitarnos a reflexionar haciendo énfasis en la resistencia como sociedad.
La segunda parte del show no podía comenzar de mejor forma. La producción audiovisual formó en medio del Palacio de los Deportes una estructura que hace alusión a la fábrica de la portada del ‘Animals’ de Pink Floyd, y en esa estructura se transmitirían videos fotos e imágenes representativas del tema en turno. Primero escuchamos la épica ‘Dogs’, casi 20 minutos de un rock progresivo crítico, en donde pudimos también atestiguar los talentos de Dave Kilminster en la guitarra y Jon Carin en varios instrumentos, ambos miembros de la banda de Waters ya por mucho tiempo.
El énfasis a la crítica social y la política actual se dio con ‘Pigs’, otro icónico tema de 1977 en el que por si fuera poco, tiene como elemento extra el ya característico “cerdito volador” que se puede ver en los conciertos de Roger Waters. Este simbólico animal tuvo en esta ocasión pintada la frase Stay Human (mantente humano), como protesta principalmente a Donald Trump, a las guerras y las fronteras en Palestina. La euforia del respetable no se hizo esperar.
Regresamos al Dark Side of The Moon para deleitarnos con otro clásico. ‘Money’ comenzó con esas líneas de bajo tan representativas de Roger Waters, para después llenarnos de una ensalada de sonidos compuesta por las excelentes coristas y además, el exquisito saxofón de Ian Ritchie. Los cantos y el cúmulo de sentimientos continuó con la culpable del título de la gira, la bella ‘Us and Them’, donde las revoluciones bajan un poco, no así las emociones.
Con ‘Smell The Roses’ escuchamos nuevamente algo del material solista de Waters, un sencillo lanzado el año pasado con su nuevo álbum de estudio que varios de los asistentes reconocieron e incluso cantaron. Este puente nos condujo para después finalizar la segunda parte del concierto con los últimos tracks del ya mencionado álbum de 1973 Dark Side of the Moon, así que la buena vibra se acrecentó y se entonaron con un dejo de nostalgia tanto ‘Brain Damage’ como ‘Eclipse’. Al final, un prisma de luces se formó en el escenario, provocando un sinfín de flashazos de la audiencia.
Sin dejar el escenario, hubo una especie de encore precedida por un momento sumamente emotivo. El público no dejó de aplaudir y comenzó a cantar el famoso “oé oé oé oé, Waters, Waters”, a lo que el británico respondía con un “thank you very much”, y cada que él hablaba, los fans redoblaban esfuerzos y el Palacio retumbaba de manera muy especial, tanto así que Waters y compañía demoraron al menos 10 minutos en continuar el show, puesto que el ídolo de muchos estaba muy emocionado por la respuesta de los mexicanos, tanto, que su voz se le cortaba un poco y evidenció algunas lágrimas en su rostro. Un momento de verdad muy especial.
Posteriormente el veterano nos dio un amplio discurso en el que tocó tanto al gobierno mexicano que está por salir, criticándolo severamente incluso por la última acción controvertida en relación al Águila Azteca. De igual forma, nos invitó a alzar la voz en contra de una conocida empresa mexicana de cementos que está ayudando a construir barreras en Palestina, y apoyar a todos los inmigrantes, todo esto con el objetivo de ser personas tolerantes y querernos los unos a los otros. Discurso también emotivo.
Como era de esperarse, el tremendo concierto no pudo tener un mejor final que con la poderosa ‘Comfortably Numb’, un clásico de Pink Floyd que también se ha convertido en un clásico para cerrar sus presentaciones. Tema que fue la cereza del pastel, dejando a más de uno con lágrimas en los ojos, con la garganta muy desgastada y por supuesto, con una sensación inmensa de satisfacción.