. Quarter Rock Press - Going to Memphis
 
 
   

Going to Memphis

AGUSTINA SUÁREZ - Periodista

(Twitter: @agusttinasuarez)

 

 

Admito que Memphis no es muy turística. No creo que muchos la elijan como su primer destino al viajar, habrá gente que morirá sin conocerla y tampoco le importará. Sin embargo, no fue mi caso. Decidí ir allí para conocer la zona donde Elvis pasó la mayoría de sus años (contaré eso a la brevedad). Cuando contaba que me iría a Tennessee todos me formulaban la misma preguntaba: "¿Qué hay en Memphis?". Al principio, por todas mis averiguaciones, contestaba que no había mucho por hacer. Bueno, me equivoqué.

La ciudad me recibió con nieve y mucho, mucho frío. Pero, ¿alguna vez les pasó pensar "estoy en el sitio correcto"? Eso fue lo que me sucedió y, a pesar de las bajas temperaturas, yo me sentía cálida. 

El primer día fuimos con mi hermana, mi compañera de aventuras, hacia Sun Studio. En este viejo estudio de grabación surgieron grandes artistas como Johnny Cash, B.B. King, el propio Presley, entre otros. Al ingresar, hay un pequeño bar, lleno de fotografías, recuerdos, merchandising y se puede tomar un café por un dólar.

También, de 10.30 a 17.30hs, ofrecen un tour por las instalaciones. Obviamente, decidimos hacerlo y nos costó 14 dólares. Al principio, te llevan a una zona donde te explican el surgimiento, la historia de Sam Phillips -el creador de todo eso y el descubridor de varios ídolos-, te muestran una réplica del primer cartel y hay más memorabilia. Por ejemplo, la silla que utilizaba el mejor guitarrista del mundo, con su firma, se encuentra detrás de una vidriera junto a otros objetos. 

Además, por cada reseña de los intérpretes colocan algún tema original de cuando estuvieron allí. Escuchamos ‘That’s All Right, Mama’, el cover de Elvis y su primer single, con las imperfecciones sonoras incluidas. Posteriormente, fuimos al cuarto donde se realizaban las grabaciones. No es muy grande pero el impacto fue gigante.

La habitación cuenta con una batería, un piano y varios otros instrumentos. Como complemento, cuenta con varias fotografías y se puede observar una de las más famosas: Carl Perkins, Jerry Lee Lewis, Cash y Presley. No solo eso, sino que todavía están las marcas en el piso de donde se paraba cada músico.

Cuando pensaba que ya había visto todo y la emoción estaba a flor de piel, vino una de las mayores y mejores sorpresas. En sus últimos días, Phillips pidió exclusivamente que el micrófono de pie que se usaba en la época de gloria del estudio no sea exhibido a través de un vidrio porque quería que el público lo disfrutara. Eso nos contó el guía, mientras él sostenía uno. En ese momento, nos dijo que ese era el famoso micrófono y que todos podíamos tenerlo. De repente, estaba tocando una de las piezas que utilizó mi ídolo; sentí que tenía un pedacito de historia en mis manos.

Estar en ese espacio, lleno de recuerdos de los mejores artistas, no tiene comparación con todo lo que había investigado previamente. El impacto fue tal que no solo me alegré con las cosas de Elvis sino por haber caído en la cuenta de que ahí había nacido el rock and roll. 

Otra parada obligatoria es Beale Street, una calle llena de luces donde se encuentran todos los bares relacionados con la música y hasta músicos en vivos. Las opciones para elegir son infinitas y de todos los gustos.

Cada rincón de la ciudad tiene su temática musical, por el rock, el blues y porque su cultura está totalmente ligada a los nacimientos de esos estilos. Fue así que Memphis me recordó la importante lección de no prejuzgar y de no dar nada por sentado ya que cada lugar que recorrí logró sorprenderme de manera descomunal. Y si ahora me preguntaran: “¿Qué había en Memphis?” Sé que respondería: “TODO”.

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