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Guerreros rítmicos: They make me a believer.

MARIANELA VANNUCCI - Columnista y fashion producer

(Twitter: @soyemeve)

 

¿La típica historia del sueño americano? ¿El niño que desde chico empezó tocando algún que otro instrumento para impresionar en los actos de la escuela? No.  Desde misionero de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Nebraska, hasta escritor de I Bet My Life reflexionando sobre la dura relación con sus padres.

El no prodigio Dan Raynols se une a un cuartero en 2008 bajo el nombre de Ragged Insomnia. Si bien rápidamente cambiaron el nombre por uno más comercial y que pudiera llevarlos a la cima misma. Imagine Dragons, aunque parezca más sencillo, procede de un anagrama, que desvelaron en el videoclip de “On Top of The World”. Así, Ragged, se empieza a consagrar con Night Visions en 2012, contándole al mundo que es lo que se ve más allá cuando buscas arduamente ser un éxito. Si hablamos de contar experiencias podemos fluir con "Demons", dónde se fusionan las acciones benéficas y un recoveco oscuro dentro de alguien que no puede salir por que el exterior esta lleno de máscaras codiciosas. 

Más allá del significado fácil, no logré darme cuenta hasta que escuche mucho esta banda. Al pasar los días y poner la lista eterna de éxitos de Dan y sus cuatro apóstoles del indie rock, me dí cuenta que la raíz de cada ser humano era lo único que iba a salvarnos de los demonios. Todo esto estaba en cada canción, como si fuese otro anagrama que nos invitan a descifrar. El movimiento rítmico de cada estribillo, que logra algo único que no me hacía sentir hace mucho tiempo un artista: La facilidad de hacerte caer y levantarte. En Believer, el tono baja en "Pain", se desvanece la voz y cae en un vacío. Sube enérgicamente en "You make me a beliver", manejando nuestras emociones casi de memoria, como si nos hubiesen estudiado más que al origen del hombre. Empecé a darme cuenta que no era solo esta canción, era Thunder, era demons, era radioactive, era warriors, era monsters, era roots. Eran todas. Era la fuerza que le daba al cuerpo. Era esa música más atrevida, más violenta y con un elemento fundamental en la percusión. Era Imagine Dragons. 

Termine de afirmarlo cuando me mostraron un video tras un típico comentario mio: "Si podes tener de tus raíces a esta altura del éxito, lo lograste", ahí fue cuando lo afirme con Roots. Lo afirme con la caída al vacío de I Bet My life, pero con la reconciliación que también nos estalla el cerebro en mil pedazos en sólo un estribillo.

Sólo basta con ir al ritmo del "On Top of the World", que te va subiendo rítmicamente la temperatura y el movimiento del cuerpo. ¿Quien no subió a algún lugar escuchando este tema y se sintió todopoderoso? Si no lo hicieron, corran. 

En la alfombra roja de Imagine Dragons tenemos tanto que ver, que si hicieran la semana del rock así como la de la moda, les aseguro que sería más enriquecedora. Desde el perfecto movimiento hasta el último detalle que te pone piel de gallina en el video. Jugando con la emoción, acá tenemos una teatralización del rock. 

Dan Raynols nos muestra a flor de piel una realidad tan brusca como natural, el hombre que después de presentarse ante miles, se come una pizza en la cama y se va a dormir. El hombre que bajó del pedestal al rockstar, haciéndolo humano y no un ser divino e intocable. El hombre que en 2012, tras presentar "this time" dijo: "Imagine Dragons apunta a inspirar a otros y ayudarles a sentirse un poco menos solos. Eso es lo que la música se trata. Por eso es el mejor comunicador que existe".

Raices, cimas, vacíos, apuestas, demonios, almas radioactivas, guerreros del ritmo y responsables de darle vida al cuerpo: Lo lograron, llegaron.

Corona

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