Uno de los últimos representantes del grunge que seguía vigente, era sin duda Chris Cornell, dueño de una voz impactántemente cautivadora, unos ojos que enloquecían a más de una, y sobre todo una actitud contra cualquier moda pasajera.

Sus raíces las echó en Seattle, donde también nació el grunge, que se considera un movimiento contracultural que desafiaba el rock de plataformas y maquillaje, y lo combatía con acordes sucios y franelas a cuadros.

La generación que se crió con la música de los 90, hoy está de luto, al ver que, según los estudios forenses, Cornell siguió el rumbo trazado por su amigo entrañable, el desaparecido Kurt Cobain,  aunque casi el doble de años después… Chris le dio casi dos vueltas al “club de los 27”, y esperó a los 52 para quitarse la vida.

Para muchos, la noticia con la que despertamos este jueves 18 de mayo fue un deja vu de lo ocurrido el 5 de abril el ’94, cuando Kurt Cobain se quitó la vida con una escopeta. La pérdida es casi igual, el vacío que queda en la cultura grunge y en la historia de la música, son comparables.

¿Cuánto estaba sufriendo Chris para tomar esa decisión, de dejar a su esposa, de dejar a su familia, y de dejar este planeta? Un fantasma que atormentaba constantemente al músico eran sus adicciones, a la bebida y a las drogas desde que tenía 14 años, además de enfrentar una depresión severa.

Apenas tenía unas horas que había dejado el alma en el escenario de Detroit, donde se encontraba de gira con Soundgarden, y hoy, su potente voz tristemente no volverá a cantar. Dicen que las mentes más brillantes se forjan siempre entre el caos, y esta vez, el caos le cobró factura y nos quitó a una estrella más.

Será extrañado por sus letras. Será extrañado por su personalidad, por su humanismo, y por dejar un legado inolvidable para el rock alternativo. Si la canción que más nos gusta es 'Like a Stone', o si somos fans un poco más experimentados de su trabajo, no importa: hoy el rock está de luto, hoy... es un día triste.